ASOCIACIÓN DE CRONISTAS DEL ESTADO DE GUANAJUATO, A.C.

El sombrero, la leyenda y la historia de San Francisco del Rincón

J. Jesús Zamora Corona, Cronista de San Francisco del Rincón, Guanajuato. Los indígenas francorrinconeses, desde que se asentaron cerca del Ojo de Agua de la Hacienda de Santiago hacia 1602, se dedicaron principalmente a las labores agropecuarias. Posteriormente, para cubrir sus necesidades diversificaron sus actividades, dedicándose a la fabricación de los objetos que necesitaban, pues lo precario de las vías de comunicación no hacía posible que productos elaborados en otros lugares llegaran aquí. Fue así que aprovechando los recursos naturales que les proporcionaba su entorno -el tule-, fabricaron petates para dormir y capotes para cubrirse del agua. El dato documental más antiguo que hasta el momento se tiene, respecto a la fabricación de sombreros en San Francisco del Rincón, se remonta al año de 1766, cuando ya se menciona a un gobernador indígena a quien en forma despectiva llamaban "El Sombrerero", sin duda porque se dedicaba a esta actividad. En el año de 1826 ya se producían aquí 2,628 gruesas, con un valor comercial de 34,164 de aquellos pesos. Hacia mediados del siglo XIX, más de la mitad de la población económicamente activa se dedicaba a la fabricación de sombreros. Aprovechando la habilidad innata del indígena y su agudo sentido estético, aunado a la presencia de diversos materiales, se procedió, en forma artesanal, a la fabricación de sombreros, que en un principio fueron muy pesados, de modo que protegieran de los candentes rayos del sol y de los chubascos. Quienes realizaban el tejido de la palma en forma sistemática eran las mujeres, pues los hombres se dedicaban a otros procesos más arduos; los mejores tejedores se encontraban en los de los barrios de Los Remedios, San Miguel y El Llano. Fue así que se utilizaron algunos materiales como los siguientes: Sombreros palma traído de Ario de Rosales, Michoacán, con la que se fabricaban sombreros de ribete, trenza y forro, conocidos también como de dos o tres telas. Estos materiales se pegaban con cera de campeche y, posteriormente, con cera sintética. Palma de Chilapa, Guerrero, con la que se tejía la malilla y la tripilla. Estos sombreros ya se elaboraban en máquinas. Sombrero de pata de trigo. Sombrero de palmita, que era la palma gruesa que se costureaba a la vuelta y vuelta. Sombrero de cinta, a base de artisela o rayón, tejida en máquinas trenzadoras. La evolución del sombrero se dio en los años 60s del siglo pasado, cuando el señor Fausto Ruiz Viquiz, de Zumpango, Estado de México, introdujo la lona para fabricar sombreros. Uno de los primeros sombrereros francorrinconeses en hacer este tipo de sombreros fue don Salvador Pérez. Sombrero Panamá, hecho con una fibra o raíz que crece en Cuenca, Ecuador. Se llamó Panamá porque era el tipo de sombreros utilizados precisamente en la Zona del Canal. Sombrero fino, tejido en Japón y en China, hecho en papel, muy liviano, y terminado en San Francisco del Rincón. Sombrero a base de tela de camiseta. Sombrero charro, que más bien es una artesanía. Este tipo de sombreros desde siempre se ha comercializado en San Francisco, confeccionándose en tamaño normal para regalo o para los artistas, y también en miniatura, como un recuerdo de este lugar. Tipos y estilos. Los hay para hombre, mujer y otros que se pueden utilizar indistintamente; sombreros para playa y para niño, fabricándose igualmente sombreros unitalla. Comercialización. Primeramente se abasteció el mercado local y el regional; posteriormente, con la introducción de modernos medios de comunicación, como el ferrocarril, que llegó a San Francisco en 1882, este producto se envió a toda la República a través de cinco cadenas o rutas de distribución. El sombrero se exporta principalmente a Estados Unidos; el auge de la exportación se dio en los años 80s del siglo pasado. En nuestros días el mercado internacional se ha diversificado, pero la Unión Americana sigue siendo el principal destino de los sombreros francorrinconeses. En sus inicios, la industria sombrerera francorrinconesa se inició con modestos talleres familiares, posteriormente, conforme avanzó la maquinización de este producto, los talleres se transformaron en fábricas. En diversas épocas se ha intentado agrupar a los industriales dedicados a la fabricación de sombreros en uniones; éstas no han tenido el éxito deseado. Actualmente los sombrereros, al igual que los zapateros, están agrupados en la Asociación de Industriales del Rincón. Los talleres y fábricas trabajaban con financiamiento propio o se recurría a los agiotistas. No había créditos gubernamentales para apoyar a esta actividad, o no eran de mucha significación. En 1929 don Primo Méndez Plascencia, recientemente fallecido-, fue reconocido y premiado en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, España, por haberse distinguido en la fabricación de sombreros, producto que ha posicionado a San Francisco del Rincón en el ámbito mundial. Fuentes: Información oral proporcionada por don Mayo del Moral Vázquez, y datos obtenidos de los libros El sombrero, una tradición de mi pueblo, El Rincón de mis recuerdos, La historia de Sombrero de palma y datos obtenidos en el Archivo Histórico Municipal de San Francisco del Rincón, Guanajuato. Foto: Un centro de trabajo del siglo XX